Manta, en la provincia de Manabí, se ha convertido en el epicentro de una violenta disputa entre las bandas narcodelictivas Los Choneros y Los Lobos, responsables de una ola de asesinatos que afecta principalmente a jóvenes menores de 30 años. Según datos policiales, el 94% de las muertes violentas en la provincia en 2024 están vinculadas a la criminalidad organizada, con Manta concentrando el 40% de los 376 homicidios registrados hasta junio. La guerra por el control de rutas de narcotráfico y actividades ilícitas ha dejado un rastro de víctimas, incluyendo niños como víctimas colaterales.
La rivalidad se intensificó tras la fuga de Adolfo Macías, alias ‘Fito’, líder de Los Choneros, en enero de 2024. Los Lobos, aliados al Cártel Jalisco Nueva Generación y con unos 8,000 miembros, buscan eliminar a posibles sucesores de Fito, como Walter Fernando Burgos, alias ‘Pecho Amarillo’, y Javier Macías, alias ‘Javi’, hermano de Fito. Pecho Amarillo, capturado en marzo de 2024 en Manta, fue liberado en 2023, pero su liderazgo en la ciudad lo convirtió en blanco de atentados. Los ataques, que incluyen balaceras en gasolineras, hoteles de lujo y zonas residenciales como Los Esteros, reflejan una estrategia de Los Lobos para debilitar a Los Choneros, vinculados al Cártel de Sinaloa.
Los jóvenes, descritos como “descartables” por las bandas, son reclutados para tareas de alto riesgo como sicariato o vigilancia. “Si uno cae, otro toma su lugar”, señala una fuente policial, destacando la facilidad con la que las bandas reemplazan a sus miembros. En 2025, Manta registra un aumento del 53% en muertes violentas respecto a 2023, con 147 crímenes hasta marzo. Entre los casos más graves está el asesinato de un niño de 2 años en un ataque armado, dejando a su padre, un comerciante, con secuelas psicológicas por el trauma.
La violencia también ha golpeado a figuras públicas y trabajadores. En junio de 2024, el asambleísta alterno Cristhian Nieto fue asesinado en un circo, en un ataque que dejó decenas de menores expuestos al peligro. Además, siete agentes y un exdirector de la Empresa de Movilidad de Manta fueron asesinados entre 2022 y 2024, evidenciando la permeabilidad de las instituciones locales. La Fuerza Investigativa Contra la Extorsión (FICE) y operativos como Gran Libertad 17 han logrado capturas, como la de Nury A., alias ‘La Parcera’, en julio de 2024, pero la incidencia de extorsiones y secuestros persiste.
El gobierno de Daniel Noboa decretó en junio de 2024 que la cúpula militar y policial opere desde Manta, pero las medidas no han frenado la violencia. Los Lobos, con una estructura celular y armamento sofisticado, operan en 16 provincias, mientras Los Choneros, debilitados por la fuga de Fito, enfrentan una fragmentación interna. Analistas como Michelle Maffei advierten que grupos emergentes, como Los Pepes, una facción de Los Lobos, incrementan la inseguridad con tácticas violentas para ganar reputación. La Policía sospecha que políticos y narcotraficantes locales fomentan esta inestabilidad, complicando los esfuerzos por recuperar el control.
La ciudadanía vive bajo miedo constante. Cámaras de seguridad captan sicarios huyendo tras ataques, y los residentes evitan lugares públicos por temor a quedar atrapados en el fuego cruzado. Mientras las cárceles de Manabí permanecen en relativa calma, la violencia en las calles refleja una lucha sin fin por el dominio criminal, dejando a Manta como la ciudad más violenta de la provincia y a sus habitantes como rehenes de una guerra ajena.
