Hollywood, Estados Unidos – La glamorosa industria de Hollywood enfrenta un nuevo revés financiero con la octava entrega de la saga “Mission: Impossible”, que se perfila como uno de los experimentos económicos más arriesgados de los últimos tiempos. La película, que cuenta con un presupuesto de producción confirmado de 400 millones de dólares, se posiciona como la cuarta más cara de la historia del cine, una cifra que la obligaba a recaudar cerca de 1.000 millones de dólares a nivel mundial solo para alcanzar el punto de equilibrio, una meta que ninguna de sus predecesoras logró.
La producción de esta entrega épica se vio gravemente afectada por la pandemia de COVID-19, lo que provocó múltiples retrasos y un incremento desmedido en los costos. La decisión de filmar la séptima y octava parte de forma consecutiva también añadió complejidades logísticas que contribuyeron al abultado presupuesto. Otros factores que dispararon los gastos incluyen un accidente durante la filmación de una peligrosa acrobacia en motocicleta y la necesidad de mantener costosos sets durante las huelgas de Hollywood en 2023.
A pesar de un sólido estreno, la proyección del rendimiento global del film anticipa pérdidas en taquilla de entre 200 y 300 millones de dólares. Este sombrío panorama se atribuye no solo al inflado presupuesto, sino también a los cambios en los hábitos de consumo del público post-pandemia y a la creciente competencia por las salas premium. Aunque “Mission: Impossible” mantiene un valor estratégico para Paramount+, sus dificultades financieras sirven como una clara advertencia sobre los riesgos de los presupuestos descontrolados en el actual panorama de Hollywood.