La gabarra Isla Puná, un medio de transporte vital en el norte de Esmeraldas, se hundió parcialmente el pasado 15 de octubre en el sector de La Cueva, en Limones, debido a fallas estructurales. El incidente ha provocado la dispersión de una gran cantidad de desechos sólidos en el río, generando un riesgo de contaminación para el ecosistema marino costero y afectando a comunidades que dependen de la pesca y el transporte fluvial.
El Municipio de Eloy Alfaro encabeza las acciones de emergencia para desalojar y trasladar la basura acumulada, utilizando retroexcavadoras y embarcaciones fluviales para llevar los desechos al botadero final en la parroquia Borbón. Se prevé que la gabarra, propiedad del Ministerio de Infraestructura y Transporte y cedida al Municipio, quede fuera de servicio temporalmente para ser reparada.
La inoperatividad de la Isla Puná impacta directamente a las poblaciones de los ríos Ónzole, Santiago y Cayapas, que dependen de ella para el transporte de vehículos, materiales de construcción y basura, al carecer de carreteras o puentes. La falta de la embarcación ha afectado la recolección regular de desechos, obligando a algunos poblados a enterrar la basura como medida temporal.