Israel enfrenta una crisis por incendios forestales descontrolados en las cercanías de Jerusalén, que el 30 de abril de 2025 forzaron la evacuación de miles de personas y el cierre de carreteras clave, según reportes de autoridades locales. Las llamas, avivadas por fuertes vientos y altas temperaturas, han devastado áreas boscosas al oeste de la ciudad, en la región de Sefelá, afectando comunidades como Mishmar Ayalon, Nachshon, Elad, Mevo Horon, Canada Park, Latrun y Neve Shalom. El ministro de Defensa, Israel Katz, declaró una “emergencia nacional” y ordenó el despliegue del ejército para apoyar a los bomberos, mientras el gobierno solicitó asistencia internacional a países como Grecia, Chipre, Italia, Bulgaria y España.
El jefe de bomberos, Eyal Caspi, advirtió que el incendio, uno de los peores en una década, podría prolongarse otro día debido a condiciones climáticas adversas, con vientos que limitan el uso de aviones cisterna. La Ruta 1, principal autopista entre Jerusalén y Tel Aviv, fue cerrada, dejando a conductores atrapados en medio de densas nubes de humo, muchos de los cuales abandonaron sus vehículos para escapar. El servicio de emergencias Magen David Adom (MDA) reportó que al menos 23 personas recibieron atención médica, principalmente por inhalación de humo, con 12 trasladadas a hospitales como Kaplan y Shamir Assaf Harofeh. La Fuerza Aérea Israelí realiza reconocimientos aéreos para mapear la extensión de las llamas, mientras tropas del Comando del Frente Interno asisten en evacuaciones.
La magnitud de la crisis llevó a cancelar eventos del Día de la Independencia, incluida la ceremonia principal en Jerusalén, según la ministra Miri Regev. El presidente Isaac Herzog expresó su apoyo a los equipos de rescate y a los evacuados, agradeciendo a los países que ofrecen ayuda, aunque no especificó cuáles han confirmado asistencia. Este incendio sigue a otro registrado el 23 de abril en la misma región, que consumió 10.000 dunams y requirió evacuaciones en Eshtaol y Beit Meir. Las autoridades temen que las condiciones secas y ventosas persistan, complicando los esfuerzos de contención. Hamas emitió un comunicado acusando a Israel de “negligencia ambiental” y vinculando los incendios al cambio climático, aunque no se atribuyó responsabilidad directa.
La respuesta israelí combina esfuerzos de bomberos, policía, ejército y servicios médicos, con un enfoque en proteger vidas y contener el avance del fuego hacia zonas residenciales. La solicitud de ayuda internacional refleja la gravedad del desastre, similar al incendio del Monte Carmelo de 2010, que dejó 44 muertos. Medios locales reportaron que el primer ministro Benjamin Netanyahu supervisó las operaciones, priorizando la seguridad de comunidades cercanas a Jerusalén. La evolución de los incendios dependerá de las condiciones climáticas, pero la coordinación entre agencias y el apoyo extranjero serán clave para evitar una tragedia mayor.