La industria siderúrgica brasileña ha emitido una grave alerta sobre el riesgo de colapso que enfrenta el sector debido al incremento histórico de las importaciones de acero provenientes de China. Según el Instituto Acero Brasil, la producción nacional caerá un 2,2% en 2025, situándose en 33,1 millones de toneladas, como consecuencia del mayor volumen de compras externas registrado en los últimos 15 años. Esta situación ha provocado ya la pérdida de 5.000 puestos de trabajo y un recorte de inversiones superior a los 450 millones de dólares, afectando la competitividad de las plantas locales frente a lo que consideran una práctica de competencia desleal por parte de las empresas chinas.
El gremio empresarial denunció que China, responsable del 64% de las importaciones de acero en Brasil, utiliza subsidios gubernamentales para exportar sus productos a precios inferiores al costo de producción. A pesar de que el Gobierno brasileño impuso una tasa de importación del 25% a principios de año, la protección efectiva se reduce apenas al 7,2% debido a diversos acuerdos comerciales y beneficios fiscales. Ante este escenario, la patronal reclama la adopción urgente de mecanismos de defensa comercial más eficaces, advirtiendo que, de no frenarse esta tendencia, existe un riesgo inminente de cierre de más plantas industriales y una mayor contracción económica en el sector.
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