El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, y el secretario de Estado, Marco Rubio, ambos católicos, se reunieron el 19 de mayo de 2025 con el papa León XIV en el Vaticano, un día después de asistir a la misa inaugural del primer pontífice estadounidense. El encuentro, que incluyó a sus esposas, Usha Vance y Jeanette Dousdebes Rubio, se centró en fortalecer las relaciones entre Estados Unidos y la Santa Sede, según un comunicado del Vaticano.
Las conversaciones, descritas como cordiales, destacaron la satisfacción por los lazos bilaterales y la colaboración entre Iglesia y Estado. Se abordaron temas clave como la libertad religiosa y la vida eclesial, así como la necesidad de respetar el derecho humanitario en zonas de conflicto. Aunque no se mencionó explícitamente la guerra en Ucrania, el papa, quien ha ofrecido la Santa Sede como mediadora para negociaciones de paz, expresó su deseo de soluciones negociadas en conflictos globales.
Vance, quien se convirtió al catolicismo en 2019, obsequió al papa una camiseta de los Chicago Bears con el nombre “Pope Leo XIV”, en un guiño a la ciudad natal del pontífice, Chicago. Tras la audiencia, Vance se reunió con el secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher, mientras que Rubio había dialogado previamente con el secretario de Estado, Pietro Parolin, antes de la misa inaugural.
La visita ocurre en un contexto de tensiones pasadas. Antes de ser papa, León XIV, entonces cardenal Robert Francis Prevost, criticó en redes sociales las políticas migratorias de la administración Trump, incluida una declaración de Vance sobre el concepto católico de “ordo amoris” para justificar medidas migratorias. En un mensaje en X, Prevost compartió un artículo que afirmaba: “JD Vance se equivoca: Jesús no nos pide que clasifiquemos nuestro amor por los demás”. A pesar de estas diferencias, Vance y Rubio han minimizado las discrepancias, destacando el papel espiritual del papado. Vance, en una entrevista, señaló que no busca politizar al papa y que continuará orando por él, mientras Rubio enfatizó que el pontificado no es un cargo político.
El encuentro también reflejó el interés de la administración Trump en resetear las relaciones con el Vaticano, enfocándose en objetivos comunes como la resolución de conflictos, especialmente en Ucrania, y dejando de lado desacuerdos sobre migración. La elección de León XIV, de 69 años y con nacionalidad peruana además de estadounidense, ha sido celebrada por líderes estadounidenses, incluido el presidente Trump, quien expresó su entusiasmo por el “gran honor” de tener un papa estadounidense.