La expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez (2019-2020), fue liberada de la cárcel este jueves tras casi cuatro años y ocho meses de prisión. La salida se produjo después de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anulara la condena de diez años en su contra por el caso conocido como “golpe de Estado II” y ordenara su “inmediata libertad” y “absolución”.
Áñez, sentenciada en 2022 por situarse ilegalmente en la línea de sucesión en 2019, salió del Centro de Orientación Femenina de Miraflores en La Paz, acompañada por sus hijos. En sus primeras declaraciones, la exmandataria ratificó su postura: “en este país jamás hubo un golpe de Estado, lo que hubo fue un fraude electoral” que motivó la movilización ciudadana.
La Decisión del Tribunal Supremo
El TSJ informó que en la revisión de la sentencia, a pedido de la defensa, se encontraron “vulneraciones al ordenamiento legal vigente” que afectaron el debido proceso. La resolución del Supremo argumenta que:
- “La sucesión no fue un acto de usurpación, sino un acto de necesidad constitucional“.
- Áñez “no actuó con dolo, no lesionó un bien jurídico protegido y su proceder estuvo amparado por un estado de necesidad constitucional orientado a preservar la continuidad institucional del Estado boliviano”.
La exgobernante asumió el mando el 12 de noviembre de 2019, tras la renuncia de Evo Morales y de todos los funcionarios en la línea de sucesión presidencial. Áñez, que fue detenida en marzo de 2021, aseguró que el tiempo en prisión fue “muy duro, muy doloroso”, pero se reafirmó en que no se arrepiente de haber servido a su patria.








