El ministro del Interior, John Reimberg, ha convertido la marcha “por la paz y la justicia” en una crítica directa a la Corte Constitucional, acusando a sus jueces de ir en contra del pueblo ecuatoriano. Según Reimberg, la manifestación es una forma de exigir a la Corte que deje de obstaculizar las acciones del gobierno, como la propuesta de castración química para violadores, la cual fue negada. El funcionario señaló que los jueces “favorecen a los violadores en vez de dar la seguridad que se requiere”.
Reimberg también criticó a la Corte por oponerse a la pregunta sobre la regulación de los casinos, que, según él, generaría ingresos fiscales para combatir la desnutrición infantil. El ministro afirmó que la Corte es el único grupo de jueces que “no quieren pasar por el poder de la gente”, porque tienen una “agenda definitivamente propia”. Para Reimberg, la marcha busca demostrar que los ecuatorianos están unidos para pedir las herramientas necesarias que el gobierno necesita para combatir el crimen.
El ministro defendió la lucha del gobierno contra las estructuras criminales y sus estrategias económicas, y advirtió que no pararán de hacerlo. Afirmó que el trabajo del gobierno afecta a las mafias, quienes buscan “quitarles las herramientas” para seguir actuando. Reiteró que el gobierno ha sido claro al respecto y que la lucha contra el crimen continuará. Para el funcionario, la negativa de la Corte de permitir las preguntas en la consulta popular es una muestra de que los jueces temen que el pueblo ecuatoriano se pronuncie y diga los cambios que quiere.
