Una jueza federal en Boston revocó la congelación de más de 2.600 millones de dólares en fondos federales a Harvard, impuesta por el gobierno de Donald Trump en abril de 2025. La decisión, que acusó al gobierno de usar el antisemitismo como pretexto para atacar ideológicamente a universidades de élite, marca una victoria para Harvard, que rechazó las demandas de Trump de controlar sus contrataciones, admisiones y planes de estudio. La jueza Allison Burroughs señaló que los recortes violan la Primera Enmienda y no tienen relación directa con el problema del antisemitismo en el campus.
Harvard, que ha enfrentado acusaciones de Trump por supuestamente fomentar ideologías “woke” y no proteger a estudiantes judíos durante protestas por Gaza, celebró el fallo como una defensa de su libertad académica. La Casa Blanca, a través de su portavoz Liz Huston, calificó a Burroughs como una “activista nombrada por Obama” y anunció una apelación inmediata, argumentando que Harvard no tiene derecho constitucional a fondos públicos. El fallo también prohíbe al gobierno usar el mismo razonamiento para futuros recortes, aunque negociaciones entre Harvard y la administración podrían llevar a un acuerdo, similar al alcanzado por Columbia.
A pesar del fallo, la tensión persiste. Trump también revocó la capacidad de Harvard para inscribir estudiantes internacionales, que representan el 27% de su matrícula. La jueza reconoció que Harvard ha enfrentado problemas de antisemitismo, pero afirmó que los recortes no abordan este problema y parecen ser un ataque selectivo. Expertos sugieren que Harvard podría negociar un acuerdo financiero con el gobierno, como un pago de 500 millones de dólares, para restaurar los fondos, mientras la universidad insiste en haber tomado medidas para proteger a sus estudiantes judíos e israelíes sin ceder a presiones que limiten su autonomía.