Los bombarderos furtivos son aeronaves de largo alcance diseñadas para penetrar defensas enemigas sin ser detectadas por radares. Actualmente, la aviación estratégica global se centra en dos colosos tecnológicos que definirán la supremacía aérea en las próximas décadas.
🇺🇸 B-21 Raider (Estados Unidos)
Desarrollado por Northrop Grumman, es considerado la primera plataforma de sexta generación del mundo y ya se encuentra en fase de pruebas de vuelo.
- Tecnología Invisible: Utiliza materiales avanzados absorbentes de radar y una gestión térmica superior para neutralizar señales infrarrojas.
- Capacidad de Carga: Puede transportar tanto armamento convencional como nuclear a distancias transcontinentales.
- Futuro Digital: Posee una arquitectura de sistemas abiertos, lo que permite actualizaciones rápidas para integrar armas hipersónicas y sistemas de energía dirigida (láseres).
🇨🇳 Xi’an H-20 (China)
Aunque el Ejército Popular de Liberación aún no lo ha presentado oficialmente, los servicios de inteligencia y expertos militares ya han delineado sus capacidades proyectadas.
- Diseño: Ala volante sin cola y compartimento de armas interno, similar en apariencia a los modelos estadounidenses de última generación.
- Alcance Estratégico: Se estima un radio operativo superior a los 8,500 kilómetros, lo que le permitiría golpear objetivos lejos de las costas chinas.
- Poder de Fuego: Se calcula una capacidad de carga interna de al menos 10,000 kilogramos de municiones guiadas de precisión.
📊 Comparativa de Capacidades
| Característica | B-21 Raider (EE. UU.) | Xi’an H-20 (China) |
| Estado actual | En pruebas de vuelo activas. | En desarrollo (detalles especulativos). |
| Generación | Sexta generación. | Quinta/Sexta generación (proyectada). |
| Arquitectura | Digital de sistemas abiertos. | Ala volante sin cola. |
| Armamento | Convencional, nuclear e hipersónico. | Convencional guiado de precisión. |
Veredicto actual: El B-21 Raider mantiene el liderazgo global al ser una realidad operativa en pruebas, mientras que el H-20 sigue siendo la gran promesa “invisible” de China para desafiar el control estadounidense en el Pacífico.








