El tradicional formato de entrega de currículos impresos está perdiendo terreno frente a una nueva tendencia global: la contratación basada en habilidades (skills-based hiring). Estudios recientes indican que la Generación Z está liderando este cambio, priorizando la demostración de capacidades técnicas y prácticas sobre el historial académico convencional. Esta transición no solo responde a un cambio generacional, sino a una eficiencia operativa probada; según un informe de TestGorilla difundido por Fortune, las empresas que adoptan este modelo han logrado optimizar sus procesos de selección de manera drástica.
La efectividad de esta modalidad se refleja en cifras contundentes para el sector de recursos humanos. El análisis revela que la contratación por habilidades redujo el número de contrataciones incorrectas en un 88 %, mientras que el tiempo dedicado a la búsqueda del candidato ideal disminuyó en un 82 %. Asimismo, los costos financieros asociados al reclutamiento bajaron en un 74 %, lo que explica por qué grandes corporaciones como Google, Microsoft, IBM y Apple están eliminando progresivamente los requisitos estrictos de titulación universitaria para diversos cargos.
Al derribar las barreras de la educación superior tradicional, estas compañías han logrado integrar personal más diverso y con una mayor probabilidad de permanencia en sus puestos. Los investigadores concluyen que evaluar lo que un candidato es capaz de hacer, en lugar de dónde estudió, permite identificar talentos que el formato de Curriculum Vitae solía omitir. Este cambio de paradigma sugiere que, hacia 2026, la competitividad laboral dependerá más de certificaciones de competencias específicas y pruebas de desempeño que de la acumulación de títulos académicos.
