Sophie Kumpen, madre del multicampeón de la Fórmula 1 Max Verstappen, tuvo una carrera propia como piloto de karting en la década de los noventa, donde fue reconocida como una de las mejores del mundo y llegó a vencer a futuros pilotos de F1, como Jenson Button, Giancarlo Fisichella y Jarno Trulli. A pesar de que su sueño de llegar a la Máxima Categoría era real, Kumpen, originaria de Bélgica, dejó las carreras a los veintiún años tras quedar embarazada de Max y casarse con Jos Verstappen. Aunque su matrimonio terminó en divorcio, ella se divierte ahora al ver que su hijo está logrando lo que ella deseaba.

Max Verstappen ha reconocido públicamente que la afición por las carreras en la familia proviene más de su madre, quien le compró su primer kart. Más allá del apoyo en la crianza y el desarrollo deportivo, Kumpen mantiene un ritual personal secreto: antes de cada Gran Premio, visita “la capilla de las velas” en Heppeneert, un pueblo belga, donde enciende candelas y reza por el éxito de su hijo, un gesto que se repite desde hace más de una década. A pesar de la pasión por el deporte motor, Kumpen prefiere seguir las carreras desde casa, acompañada de sus perros, para evitar transmitir su nerviosismo.









