La Marina de los Estados Unidos confirmó el arribo del portaaviones USS Abraham Lincoln (CVN 72) y su grupo de ataque a la Base Naval de Guam, consolidando una presencia estratégica masiva en el Pacífico Occidental. Este movimiento se suma a la llegada previa del portaaviones USS George Washington (CVN 73) a inicios de diciembre, marcando la primera vez desde el año 2022 que dos grupos de combate operan de manera simultánea desde este enclave estratégico. Según la Flota del Pacífico, esta inusual concentración de fuerzas tiene como objetivo principal fortalecer el dominio marítimo estadounidense, enviar un mensaje de tranquilidad a los aliados regionales y actuar como un mecanismo de disuasión directa ante el creciente poderío naval de China.
El secretario de Guerra, Pete Hegseth, subrayó que este despliegue responde a la necesidad de proteger los intereses nacionales frente a las ambiciones de Pekín, que actualmente trabaja en el desarrollo de su cuarto portaaviones de propulsión nuclear. Los estrategas militares consideran que la presencia de estas unidades de superficie es la primera línea de defensa para mantener el equilibrio de poder en zonas críticas como el Mar de China Meridional y Taiwán. Guam, proyectada por la administración de Donald Trump como el epicentro de la proyección de fuerza en el Indopacífico, reafirma su rol logístico y militar en un contexto de alta tensión geopolítica, donde la superioridad aeronaval estadounidense busca contrarrestar el avance tecnológico y operativo de sus adversarios.








