Naciones Unidas ha accedido a la petición del expresidente estadounidense, Donald Trump, y ha iniciado una “investigación exhaustiva” sobre lo que él ha denominado un “triple sabotaje” durante su visita a la sede de la organización. La Casa Blanca envió una carta a António Guterres, secretario general de la ONU, exigiendo explicaciones por tres incidentes: una escalera mecánica que se detuvo bruscamente, el mal funcionamiento del teleprompter y un supuesto fallo en el sistema de megafonía.
Stéphane Dujarric, portavoz de Guterres, informó que la ONU está dispuesta a cooperar con “total transparencia” con las autoridades estadounidenses para determinar la causa de los incidentes. Trump, a través de su plataforma Truth Social, calificó la serie de contratiempos como “muy siniestros” y exigió el arresto de los responsables. El líder republicano, que dedicó gran parte de su discurso a criticar a la ONU, acusándola de financiar la migración irregular, también insinuó que el Servicio Secreto estaba investigando lo ocurrido.
La ONU, por su parte, ha insistido en que el teleprompter fue operado por la propia Casa Blanca. Respecto al incidente de la escalera, Dujarric aclaró que un videógrafo de la delegación estadounidense accionó “accidentalmente” un interruptor que la detuvo. Un funcionario anónimo de la ONU explicó además que el sistema de megafonía no estaba manipulado, sino que estaba configurado para que los asistentes escucharan los discursos traducidos a través de auriculares. A pesar de estas aclaraciones, la denuncia de sabotaje por parte de Trump ha generado una nueva controversia entre el exmandatario y el organismo internacional.