La anticipada residencia del fenómeno global Bad Bunny en su natal Puerto Rico no es solo un acontecimiento musical, sino también un motor económico de gran calibre. Según las proyecciones, la serie de conciertos que ofrecerá el artista en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot inyectará la asombrosa cifra de $37.7 millones a la economía de la isla.
Este impacto millonario se desglosa en diversos sectores. La venta masiva de boletos, que agotaron localidades en tiempo récord, es solo una parte. Los gastos de los miles de fanáticos locales e internacionales que asistirán a los shows se extienden a la hotelería, el transporte, la gastronomía, el comercio minorista y otros servicios asociados al turismo y el entretenimiento. La magnitud del evento atrae a visitantes de todas partes, lo que se traduce en una derrama económica considerable.
Más allá del fervor musical, la “residencia” de Bad Bunny subraya el potencial que tienen los grandes eventos culturales y de entretenimiento para dinamizar la economía de un país. Para Puerto Rico, esta serie de conciertos no solo reafirma la posición de Bad Bunny como uno de sus hijos más exitosos, sino que también representa un impulso financiero significativo en un momento clave para la recuperación económica de la isla. La fiebre del “Conejo Malo” promete ser una bendición no solo para sus seguidores, sino también para las arcas puertorriqueñas.
