El uso de motocicletas representa un riesgo desproporcionado en el sistema vial mundial. Según la OMS, aproximadamente el 30 % de todas las muertes por siniestros de tránsito involucran vehículos de dos o tres ruedas, como motos, ciclomotores y scooters.
Los motoristas también enfrentan un riesgo significativamente mayor: en promedio, tienen una probabilidad hasta 20 veces mayor de sufrir un accidente fatal que los conductores de autos por kilómetro recorrida. En Estados Unidos, el panorama no es más alentador: los motociclistas tienen 28 veces más probabilidades de morir en un accidente y cuatro veces más de lesionarse que conductores de vehículos particulares.
El contexto regional muestra cifras aún más alarmantes. En el sudeste asiático, por ejemplo, los motociclistas representan entre el 43 % y el 74 % de todas las muertes de tránsito, dependiendo del país.
En Ecuador: motorizados, irresponsabilidad y delincuencia
En Ecuador, la popularización de motos también ha traído consigo un aumento de conductas peligrosas que agravan el problema vial:
- Conductores realizando acrobacias riesgosas en vías urbanas, muchas veces sin casco ni equipo protector, amenazando la seguridad propia y de terceros.
- Uso de motocicletas para actos delictivos, aprovechando su agilidad para cometer robos, extorsiones y fugas en zonas urbanas.
Estas prácticas elevan significativamente los índices de siniestralidad y reflejan la necesidad de un control más estricto y políticas efectivas de prevención.