La actriz británica Lily Collins captó la atención durante su reciente aparición en la Semana de la Moda de Nueva York el pasado 12 de agosto, en el desfile de Calvin Klein. Con un atuendo metálico compuesto por una falda midi y un top corto que dejaba al descubierto gran parte de su abdomen, la estrella de Emily in Paris deslumbró por su estilo minimalista y elegante, acorde con la estética de la marca.

Sin embargo, su look también generó una ola de preocupación entre sus seguidores debido a su apariencia física.

Fotos compartidas por Collins en Instagram y otras redes sociales, tomadas fuera del Rockefeller Center, provocaron cientos de miles de comentarios sobre su delgadez extrema. Muchos usuarios expresaron inquietud por su salud, recordando que la actriz ha hablado públicamente en el pasado sobre su lucha contra trastornos alimenticios durante la adolescencia y su proceso de recuperación. Frases como “Espero que esté bien” o “Querida Lily, estoy preocupada” reflejan el sentir de sus fans, quienes temen por su bienestar.

Por otro lado, las imágenes también desataron críticas sobre el mensaje que este tipo de apariencia puede enviar a jóvenes y niñas, con comentarios como “Me asusta que se normalice esto como inspiración” o “No creo que debería promover este look”. Los internautas han resaltado la importancia de no normalizar los trastornos alimenticios y han reavivado el debate sobre la responsabilidad de las figuras públicas en la promoción de una imagen corporal saludable.

La presencia de Collins en el evento, junto a otras celebridades como Rosalía, no pasó desapercibida, pero el enfoque en su salud ha opacado en parte la admiración por su estilo. Este incidente pone de manifiesto el impacto de las figuras públicas y la necesidad de fomentar mensajes positivos sobre la salud y el cuerpo.
