Los 133 cardenales electores, provenientes de 71 países, llegaron a Roma para participar en el cónclave que comenzará el 7 de mayo de 2025 en la Capilla Sixtina, tras el fallecimiento del papa Francisco el 21 de abril. Este cónclave, el más diverso en la historia de la Iglesia Católica, reúne a purpurados de los cinco continentes, con una edad promedio de 72 años. Inicialmente, 135 cardenales eran elegibles, pero Antonio Cañizares (España) y John Njue (Kenia) no asistirán por motivos de salud, según confirmó el Vaticano.
Italia lidera con 17 electores, seguida por Estados Unidos (10) y Brasil (7), aunque la representación europea ha disminuido en favor de regiones como África, Asia y América Latina, reflejando la visión universal de Francisco, quien nombró al 80% de los electores (108 de 133). El cónclave, regulado por la constitución Universi Dominici Gregis, requiere una mayoría de dos tercios (89 votos) para elegir al nuevo papa. Las deliberaciones, bajo estrictas medidas de secreto, comenzarán tras la misa Pro Eligendo Pontifice y la procesión a la Sixtina, donde se pronunciará el extra omnes para cerrar el recinto.
Entre los cardenales, destacan figuras como el filipino Luis Antonio Tagle y el italiano Matteo Zuppi, considerados papables, aunque no hay un favorito claro. La polémica sobre Angelo Becciu, excluido por Francisco en 2020 por un escándalo financiero, se resolvió con su decisión de no participar. Los cardenales, alojados en la Casa Santa Marta, han debatido en congregaciones generales temas como evangelización, abusos sexuales y el papel de la Iglesia en la paz. Este cónclave, con 12 países representados por primera vez, como Mongolia y Sudán del Sur, marcará el rumbo de una Iglesia más global.