El nombre de Luis Díaz continúa protagonizando uno de los principales capítulos del actual mercado de fichajes. El atacante colombiano de 28 años es uno de los grandes objetivos del FC Barcelona para reforzar su ataque, sobre todo después de que se confirmara la negativa de Nico Williams a unirse al conjunto blaugrana.
Sin embargo, el Bayern de Múnich también ha entrado fuerte en la puja y ya habría presentado una oferta de 67,5 millones de euros al Liverpool, superando ampliamente la capacidad financiera actual del club catalán.
Pese al interés creciente, el Liverpool no parece dispuesto a dejar salir a Díaz fácilmente. Según fuentes cercanas al club inglés, el jugador está tasado en 100 millones de euros, cifra que marca una barrera casi infranqueable para los blaugranas. La negativa a aceptar propuestas ha generado malestar en el entorno del futbolista, quien vería con buenos ojos una salida si no se alcanza un acuerdo de renovación.
Más allá del precio, el Barcelona enfrenta los problemas habituales de los últimos mercados: cumplir con las exigencias del ‘Fair Play’ financiero. El club necesita alcanzar la regla del 1:1 para inscribir jugadores, lo que podría obligar a realizar ventas clave antes de concretar nuevas incorporaciones. Mientras tanto, Deco, director deportivo culé, sigue trabajando intensamente para encontrar una vía que permita reforzar al equipo de Hansi Flick.
Ante la complejidad del fichaje de Luis Díaz, Marcus Rashford empieza a perfilarse como una alternativa real para el Barcelona. El jugador inglés, cedido la pasada temporada al Aston Villa, podría salir del Manchester United a préstamo. La operación incluiría un reparto del salario entre ambos clubes, algo que haría viable su llegada al Camp Nou.
La polivalencia de Rashford, capaz de desempeñarse en cualquiera de las tres posiciones ofensivas, es un valor añadido que gusta en el cuerpo técnico catalán. Sin embargo, el Barça no pierde de vista a Díaz, cuyo perfil técnico y explosividad siguen siendo altamente valorados, aunque su fichaje depende ahora más que nunca de las finanzas.
