Holly Jane, una madre mormona de 39 años, compartió en una entrevista con el Daily Mail publicada el 7 de julio de 2025, su experiencia tras ser expulsada de su congregación religiosa por su trabajo en OnlyFans, una plataforma de contenido para adultos. La influencer, que genera hasta 37 mil dólares mensuales, habló sobre la represión emocional y sexual que percibió en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, así como la “hipocresía” en su comunidad, donde algunos miembros participaban en prácticas como el “soft-swinging” sin enfrentar consecuencias similares.
El escándalo comenzó en 2022, cuando su perfil de OnlyFans fue descubierto por miembros de su iglesia en Oregon, lo que llevó a su expulsión formal. Jane, madre de tres hijos, decidió mudarse a Texas para empezar de nuevo, pero expresó su decepción por la falta de apoyo de su antigua comunidad: “Me sentí vacía. La conexión que creí que compartíamos resultó ser unilateral”. Durante años, llevó una doble vida, equilibrando su rol como madre devota con su carrera en OnlyFans, donde publica contenido explícito desde la seguridad de su hogar.
En la entrevista, Holly criticó el sistema de confesiones de la iglesia, manejado exclusivamente por obispos varones, describiéndolo como “invasivo”, especialmente para los adolescentes. “Imagina tener 16 años y tener que explicar tus pensamientos sexuales a un hombre de mediana edad”, señaló. También denunció la “doble moral” en su comunidad, donde algunos influencers mormones no enfrentaron sanciones por conductas similares. A pesar de la ruptura con la iglesia, Jane mantiene su fe y no planea abandonar su trabajo en OnlyFans, argumentando que le permite mantener a su familia tras quedar viuda.
Holly Jane, con más de 100 mil seguidores en Instagram, ha recibido tanto críticas como apoyo en redes sociales. Mientras algunos la instan a ser más discreta para evitar conflictos, otros respaldan su decisión de abrazar su sexualidad y aprovechar su éxito financiero. Su historia pone en el centro del debate los tabúes sobre el deseo femenino y los desafíos de conciliar creencias personales con normas religiosas estrictas.
