Nuevos detalles revelados por la agencia Reuters arrojaron luz sobre la reciente conversación telefónica entre el dictador venezolano, Nicolás Maduro, y el presidente estadounidense, Donald Trump, en la que se negoció una posible salida del poder. Según fuentes, en la llamada del 21 de noviembre, Maduro habría manifestado su disposición a dejar Venezuela si se le garantizaba una amnistía legal completa tanto para él como para su círculo familiar. Esta propuesta de salida condicionada surgió en un contexto de máxima presión por parte de Estados Unidos, que ha intensificado sus medidas económicas y diplomáticas, además de un notable despliegue militar en el Caribe, enfocado oficialmente en el combate al narcotráfico, pero que el régimen venezolano interpreta como un intento de forzar un cambio de gobierno en Caracas.
La oferta de Maduro de renunciar y abandonar el país a cambio de una amnistía ha marcado un hito en las negociaciones discretas que rodean la crisis venezolana. Las fuentes señalaron que la condición principal del líder chavista era el otorgamiento de un salvoconducto jurídico que garantizara su seguridad, aunque no se precisaron los posibles destinos de refugio político para el dictador y su familia. Mientras la Casa Blanca y el régimen de Maduro han guardado silencio público sobre los detalles de la conversación, el presidente Trump ha mantenido su retórica firme, declarando que “los días de Maduro están contados”. Paralelamente a estas negociaciones, aliados como Rusia y Bielorrusia han reafirmado su apoyo a Maduro, con el presidente ruso, Vladímir Putin, reiterando su respaldo y el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, manteniendo reuniones con el embajador venezolano en Moscú, alimentando la especulación sobre Bielorrusia como un potencial país de acogida.








