El chavismo, liderado por Nicolás Maduro, consolidó su dominio en Venezuela al arrasar en las elecciones del 25 de mayo de 2025, ganando 23 de 24 gobernaciones y el 82.68% de los votos parlamentarios, según el Consejo Nacional Electoral (CNE). Con una participación del 42.6% de 21 millones de electores, los comicios, marcados por el boicot de la oposición liderada por María Corina Machado, reforzaron el control del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). “Hoy hemos demostrado el poder del chavismo”, celebró Maduro en la plaza Bolívar de Caracas, destacando la victoria como un triunfo de la “paz y estabilidad”.
La oposición, liderada por Machado, llamó a la abstención tras denunciar fraude en las presidenciales de julio de 2024, lo que dejó el camino libre al chavismo. Solo una fracción opositora, encabezada por Henrique Capriles, participó, logrando un escaño parlamentario. El PSUV recuperó el estado Zulia y mantuvo figuras clave como Cilia Flores y Jorge Rodríguez en el Parlamento, que iniciará su mandato en 2026. La elección del Esequibo, en disputa con Guyana, marcó un hito simbólico al elegir un gobernador, reforzando la postura venezolana.
La baja afluencia y las detenciones de 69 opositores, acusados de planear sabotajes, reflejaron un clima de tensión. Mirian Cristina Pérez, una jubilada de Táchira, expresó su desconfianza: “Esto es para que vean que estamos en democracia, cuando todos sabemos que no”. Mientras, Maduro destacó la incorporación del Esequibo y la captura de “mercenarios” con planes violentos, según celulares incautados. La comunidad internacional, incluyendo EE. UU., criticó la falta de transparencia, intensificando el aislamiento del régimen, que mantiene el respaldo de Rusia y China.
