El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó el 12 de agosto de 2025 en La Guaira que su país es “campeón mundial” en la lucha contra el narcotráfico y las mafias vinculadas a Colombia, Ecuador y Perú. Durante un acto público, destacó que 15 años de políticas de seguridad han eliminado cultivos ilícitos y laboratorios de cocaína, atribuyendo el éxito al “blindaje” de las fronteras. Según Maduro, Venezuela está libre de producción de drogas, un logro reconocido por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Maduro acusó al expresidente colombiano Álvaro Uribe de un plan para desestabilizar Venezuela mediante el financiamiento de bandas criminales, comparando el intento con la situación de Haití. Propuso al presidente colombiano Gustavo Petro una mayor coordinación policial y militar para combatir mafias fronterizas, pero señaló resistencias del “uribismo” y el narcotráfico colombiano. Estas declaraciones reflejan la tensión regional en torno al control del crimen organizado.
El mandatario reiteró su compromiso de proteger a Venezuela de redes criminales extranjeras, posicionando al país como un modelo global en la lucha antidrogas. Sin embargo, sus afirmaciones contrastan con los desafíos persistentes en la región, donde las fronteras compartidas con Colombia, Ecuador y Perú siguen siendo vulnerables al tráfico ilícito. La narrativa de Maduro busca reforzar su imagen interna y externa frente a las críticas sobre la gestión de la seguridad.