El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, anunció el 28 de mayo de 2025 una nueva política de restricción de visas dirigida a funcionarios y personas extranjeras que participen en la censura de ciudadanos estadounidenses. La medida, implementada un día después de que el presidente Donald Trump suspendiera visas estudiantiles, busca sancionar a quienes multen, acosen o acusen a estadounidenses por ejercer su libertad de expresión en el extranjero.
Rubio declaró en X que “los extranjeros que trabajen para socavar los derechos de los estadounidenses no deben disfrutar del privilegio de viajar” a EE. UU., destacando que la libertad de expresión es un derecho fundamental. La política se aplica globalmente, desde América Latina hasta Europa, y marca el fin de un “trato pasivo” hacia quienes limiten las libertades de los ciudadanos estadounidenses. La medida ha generado apoyo y críticas, con usuarios en X como @NationalIndNews y @ameliarueda informando sobre su impacto.
Esta restricción complementa acciones previas de la administración Trump, como la suspensión de visas estudiantiles y la revocación de menos de 1,000 visas por seguridad nacional, según Rubio en mayo de 2025. La política, basada en la Ley de Inmigración y Nacionalidad, también podría afectar a familiares de los sancionados. Críticos, como @TomasLlamozas en X, cuestionan la medida, señalando que EE. UU. enfrenta problemas internos como tiroteos, mientras se enfoca en restringir visas.
La decisión se enmarca en la agenda de Trump para endurecer controles migratorios, que incluye sanciones a países que no cooperen en deportaciones, como Colombia y Sudán del Sur, y restricciones a misiones médicas cubanas por “esclavitud moderna”. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, calificó estas políticas como “agresiones injustificadas”. La medida de Rubio busca reforzar la seguridad nacional y proteger los derechos de los estadounidenses en el exterior.
El anuncio ha generado debate global. Mientras algunos lo ven como una defensa de la libertad de expresión, otros lo consideran una herramienta política para presionar a gobiernos extranjeros. La implementación de estas restricciones, que no detalla procedimientos específicos, podría complicar relaciones diplomáticas, especialmente en países con tensiones previas con EE. UU., como Cuba y Venezuela. La comunidad internacional observa cómo se desarrollará esta política en los próximos meses.
