El barrio de María Auxiliadora, en la ciudad de Cuenca, Ecuador, se consolida como un crisol de actividad, donde la historia, la fe y la vida cotidiana se entrelazan. Este sector es un punto neurálgico, con el parque, el monumento al Padre Carlos Crespi, su emblemática iglesia y diversos centros médicos y negocios que atraen a residentes y visitantes por igual.
La profunda huella de los Salesianos es innegable en el tejido social del barrio, marcando su desarrollo a lo largo de los años. El Padre Carlos Crespi, figura insigne, es recordado por su incansable labor en pro de la niñez y la juventud. A pesar de las transformaciones urbanas, como la reciente reconstrucción del parque, María Auxiliadora ha sabido conservar oficios tradicionales, como la escultura, que aún florecen entre sus calles.
La oferta comercial es tan variada como sus tradiciones, destacando lugares icónicos como el de Angelita Jarama, que por 42 años ha deleitado con sus famosas “papas con cuero”, convirtiéndose en un referente gastronómico local.

Sin embargo, el barrio no está exento de desafíos. La inseguridad en el área del parque, a pesar de la instalación de cámaras de vigilancia, es una preocupación constante para los habitantes. Asimismo, la comunidad demanda una mayor utilidad de la casa comunal para fortalecer la organización vecinal y la toma de decisiones. A pesar de estas dificultades, los residentes de María Auxiliadora demuestran un espíritu de colaboración para preservar la identidad de su barrio y trabajar por su mejora continua.
Fuente: Diario El Mercurio