Michael Morales Hurtado, el joven peleador ecuatoriano invicto en la UFC (con récord 18-0), se prepara para un combate crucial este sábado 15 de noviembre contra el estadounidense Sean Brady en la cartelera estelar de UFC 322, en el Madison Square Garden de Nueva York.
Una victoria en este combate, donde su rival es actualmente el número 2 del ranking, le daría al ecuatoriano la posibilidad de ascender al Top 5 del peso wélter (77 kg / 170 lb), donde actualmente ocupa el octavo puesto.
De la colchoneta de judo al octágono
Morales estaba “predestinado” al judo, deporte que su madre, Katty Hurtado (judoca de profesión), le inculcó desde niño. Sin embargo, el joven pronto descubrió que la repetición y disciplina del judo no eran lo suyo.
Con 10 años, una visita al estadio 9 de Mayo lo acercó al atletismo, y a los 13, en un gimnasio, vio por primera vez la combinación de lucha, golpes y patadas que le fascinó: las Artes Marciales Mixtas (MMA). A los 14 años, Morales empezó a entrenar, mezclando el striking agresivo con las técnicas de lucha y judo que había aprendido.
Su estilo único, producto de esa búsqueda personal, lo ha convertido en uno de los pesos wélter más sólidos. Su victoria por nocaut técnico en mayo pasado contra Gilbert Burns (excandidato al título) lo impulsó al octavo lugar, y su desempeño incluso le valió un reconocimiento oficial del presidente Daniel Noboa.
El combate de Morales contra Brady es el tercero en el orden de las peleas estelares, que inician a partir de las 22:00 (hora por definir).
