Bonnie Blue, una joven británica de 25 años, ha transformado su vida desde empleada del sistema de salud público hasta convertirse en una estrella del porno online con ingresos millonarios. Su último desafío, documentado en el filme 1.000 Men And Me: The Bonnie Blue Story (emitido por Channel 4), muestra cómo organizó un evento en el que más de mil hombres participaron en una maratón sexual de 12 horas, grabada para su plataforma OnlyFans, donde cuenta con casi un millón de suscriptores.
El documental, dirigido por Victoria Silver, explora la dualidad de Bonnie, cuyo verdadero nombre es Tia Billinger. Por un lado, es una figura empoderada que ha sabido capitalizar su sexualidad, generando más de dos millones de euros al mes. Por otro, su trabajo despierta críticas feroces, con acusaciones de promover estereotipos dañinos y de retroceder en la lucha feminista. A través de redes sociales, convoca a hombres, muchos de ellos jóvenes o casados, para participar en sus grabaciones a cambio de consentimiento para ser filmados, con la opción de ocultar sus rostros.
La producción no evade los aspectos más crudos y controvertidos de su mundo, mostrando tanto su éxito como las amenazas e insultos que recibe. Mientras algunos la ven como un genio del marketing, otros la acusan de glorificar el abuso. El documental plantea preguntas sin respuestas definitivas: ¿es Bonnie Blue una pionera que redefine la industria del porno o una figura que perpetúa dinámicas problemáticas?
