n una respuesta contundente al crimen organizado, el ejército ecuatoriano ha destruido múltiples campamentos clandestinos en el sector de Alto Punino, provincia de Orellana, tras la emboscada del 9 de mayo de 2025 que dejó once militares fallecidos. Las operaciones, iniciadas a raíz del ataque perpetrado por el grupo armado Comandos de la Frontera, han revelado la magnitud de las actividades ilícitas en la zona, incluyendo minería ilegal y posibles nexos con el narcotráfico, en un área estratégica de la Amazonía ecuatoriana.
El personal militar, desplegado en un área de 460 kilómetros cuadrados, ha identificado y destruido entre 10 y 12 campamentos irregulares con capacidad para albergar hasta 40 personas, según informó el comandante general del ejército, Henry Delgado, el 16 de mayo. Estas estructuras, equipadas con viviendas, maquinaria pesada, tanques de combustible y espacios de entrenamiento de tiro, evidencian el alto nivel de organización de los grupos criminales. “En el lugar donde realizan explotación minera ilegal construyen edificaciones de madera y otras más equipadas, rodeadas de anillos de seguridad a 500 u 800 metros”, explicó Delgado en una entrevista con EcuadorTV.
Las operaciones, apoyadas por helicópteros y cámaras de alta tecnología, han permitido incautar armas, explosivos, municiones, equipos tecnológicos como drones y radios de comunicación, así como 1.500 cajetillas de cigarrillos de contrabando y sustancias sujetas a fiscalización. Entre los hallazgos, el ejército encontró dos cuerpos de presuntos integrantes de Comandos de la Frontera el 13 de mayo, uno con uniforme militar y otro con ropa civil, junto a granadas, mochilas y explosivos colocados en maquinaria minera. Además, el 15 de mayo, un enfrentamiento en el sector de San Marcos dejó un guerrillero abatido, identificado como miembro del mismo grupo.
La emboscada del 9 de mayo, ejecutada con explosivos, granadas y fusiles, expuso la peligrosidad de Comandos de la Frontera, una disidencia de las FARC con presuntos vínculos con la banda ecuatoriana Los Lobos. El ataque, que ocurrió durante un operativo contra la minería ilegal, levantó sospechas de una posible filtración interna, ya que los atacantes parecían conocer los detalles de la operación militar. La fiscalía ha iniciado una investigación por terrorismo, mientras el ejército refuerza su presencia con 1.800 efectivos de las fuerzas terrestre, naval y aérea.
Alto Punino, ubicado entre las provincias de Orellana y Napo, se ha convertido en un epicentro de minería ilegal de oro, actividad que, según expertos, financia economías criminales transnacionales y facilita el lavado de activos. María Eulalia Silva, presidenta de la Cámara de Minería, señaló que la “narcominería” se expande con complicidad y corrupción, afectando incluso áreas protegidas. La deforestación de más de 1.000 hectáreas entre 2019 y 2023, documentada por el MAAP, refleja el impacto ambiental de estas operaciones.
El presidente Daniel Noboa, quien declaró a los militares fallecidos como héroes nacionales y decretó tres días de duelo, ha enfatizado una respuesta firme contra los responsables. Las fuerzas armadas, en coordinación con la policía nacional y autoridades colombianas, continúan los patrullajes aéreos y terrestres para desarticular las redes criminales. “El ejército reitera su compromiso con la seguridad y soberanía nacional, enfrentando con determinación cualquier amenaza”, afirmó el comando militar.
La destrucción de los campamentos en Alto Punino marca un avance en la lucha contra el crimen organizado, pero también subraya los desafíos estructurales que enfrenta Ecuador. La convergencia de minería ilegal, narcotráfico y grupos armados en la Amazonía exige estrategias integrales para proteger el territorio y frenar la expansión de estas actividades ilícitas.