Un reciente estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition el 21 de julio de 2025, desafía la creencia popular de que los huevos aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas al elevar el colesterol LDL, conocido como ‘colesterol malo’. La investigación, liderada por el profesor Jon Buckley de la Universidad de Australia del Sur, sugiere que el factor principal que influye en los niveles de colesterol LDL es la cantidad de grasas saturadas en la dieta de una persona, y no el colesterol presente en los huevos.
El experimento incluyó a 61 adultos de entre 18 y 60 años con niveles de colesterol LDL considerados ‘en riesgo’. Los participantes siguieron tres dietas distintas durante cinco semanas cada una: una dieta alta en colesterol pero baja en grasas saturadas (con dos huevos diarios), una baja en colesterol pero alta en grasas saturadas (sin huevos), y una alta en ambos (con un huevo semanal). Los resultados fueron claros: los niveles de colesterol LDL se redujeron cuando los participantes siguieron la dieta que incluía dos huevos diarios, siempre y cuando el resto de su alimentación fuera baja en grasas saturadas. La investigación concluyó que el colesterol dietético proveniente de los huevos, en el contexto de una dieta baja en grasas saturadas, no incrementa el colesterol LDL. Se encontró que cada aumento de 1 gramo en grasas saturadas se asociaba con un incremento de 0.35 puntos en el colesterol LDL.
Estos hallazgos sugieren que los huevos han sido injustamente culpados por el colesterol alto debido a consejos dietéticos desactualizados. El estudio recalca que, al considerar un desayuno cocinado, la preocupación debería centrarse más en elementos altos en grasas saturadas como el tocino o las salchichas, en lugar de los propios huevos, ya que estos son ricos en colesterol pero bajos en grasas saturadas. Esta investigación proporciona una sólida evidencia en defensa de la inclusión de huevos en una dieta saludable, siempre que se controle la ingesta general de grasas saturadas.