El Chelsea Football Club se proclamó campeón del Mundial de Clubes tras derrotar con autoridad 3-0 al París Saint-Germain (PSG) en la gran final. El conjunto inglés fue ampliamente superior en lo táctico y en lo individual, con una actuación estelar de Cole Palmer, autor de dos goles y una asistencia, y con un trabajo sobresaliente en la mitad de la cancha del ecuatoriano Moisés Caicedo.
Palmer fue el eje ofensivo del equipo dirigido por Enzo Maresca, mientras que Caicedo se consolidó como la pieza clave en el equilibrio defensivo, conteniendo de manera eficaz la ofensiva del PSG, que venía de golear al Real Madrid en semifinales.
El mediocampista ecuatoriano cumplió una labor táctica impecable, anticipando, recuperando y distribuyendo con precisión, siendo uno de los pilares silenciosos pero determinantes del título.
Chelsea controló el partido desde lo defensivo, y luego encontró los espacios para que Palmer anotara en dos oportunidades y habilitara a Joao Pedro, quien selló el marcador.
Con esta victoria, el club londinense se corona como el nuevo monarca del fútbol mundial, y Moisés Caicedo inscribe su nombre en la historia grande del balompié ecuatoriano, al convertirse en uno de los pocos futbolistas del país en levantar este prestigioso trofeo.
El primer ecuatoriano en ser campeón del mundo fue Alberto Spencer vistiendo la camiseta del Peñarol uruguayo con el que ganó la Copa Intercontinental, torneo que precedió al Mundial de Clubes.
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