La influencer y cantante brasileño-mozambiqueña Ana Bárbara Buhr Buldrini, conocida en redes sociales como Ana B, falleció el 16 de junio de 2025 en Estambul, Turquía, tras someterse a una serie de procedimientos estéticos en la clínica privada Tüsa Hospital. La joven de 31 años, nacida en Belo Horizonte, Brasil, y radicada en Maputo, Mozambique, había viajado con su esposo, el artista Elgar Sueia, para celebrar su luna de miel y realizar una colaboración publicitaria que incluía una liposucción, aumento de senos y rinoplastia a cambio de promoción en sus redes sociales, donde acumulaba cerca de 800,000 seguidores.
La tragedia ocurrió horas después de la intervención, cuando Ana B sufrió una fibrilación ventricular y un paro cardíaco durante la fase de recuperación, según el comunicado del hospital. A pesar de los esfuerzos del equipo médico por reanimarla durante más de 90 minutos, no fue posible salvarla. La noche anterior a la cirugía, Ana y su esposo habían salido de fiesta con el cirujano, consumiendo alcohol, lo que contravino las recomendaciones prequirúrgicas. Elgar Sueia denunció que, a pesar de notificar esto a la clínica, el procedimiento fue adelantado del 18 al 15 de junio, sin permitir una preparación adecuada.
Ana B era una figura influyente en redes sociales, donde compartía contenido sobre moda, belleza, música y estilo de vida. Su carrera musical, que comenzó en 2018 con el EP Joga Bonito y continuó en 2025 con el álbum Contatinho, la consolidó como una artista emergente en África y América Latina. Su carisma y autenticidad le valieron el cariño de una comunidad digital que hoy lamenta su pérdida con mensajes de despedida y el hashtag #JusticiaParaAnaB.
El caso ha desatado una investigación judicial en Turquía por posible negligencia médica, liderada por la Dirección Provincial de Salud de Estambul. Las autoridades han ordenado una autopsia y han inspeccionado el hospital, que previamente había sido señalado por casos similares y había cambiado de nombre. Elgar Sueia, devastado, expresó su dolor: “Perdí el control. Lloré, grité y golpeé las paredes. La vi en la morgue. Se veía hermosa, pero estaba muerta”. La familia de Ana gestiona la repatriación de su cuerpo a Mozambique para los servicios funerarios.
Este trágico suceso ha reavivado el debate sobre los riesgos del turismo médico en Turquía, un destino popular por sus precios competitivos. Datos del Reino Unido indican que al menos 28 ciudadanos británicos han fallecido desde 2019 por complicaciones en procedimientos electivos, subrayando la necesidad de mayor regulación.
