Nicki Nicole responde al corazón roto con música. Tras la sorpresiva ruptura con el futbolista Lamine Yamal, la cantante argentina de 25 años estrena su colaboración con Tan Biónica: una emotiva versión de Boquitas pintadas, uno de los himnos más queridos del grupo. El lanzamiento, anunciado este 4 de noviembre de 2025, llega en plena tormenta mediática y ya genera comparaciones con el icónico “shakirazo” de Shakira tras su separación de Piqué.
“Gracias por dejarme ser parte de esta canción y de este álbum. No saben cuántas veces soñé con este momento”, escribió Nicki en Instagram junto a imágenes del estudio. La respuesta fue inmediata: más de 5.000 comentarios en minutos, con fans exclamando “¡La rompiste toda!” y “No sabía que necesitaba esto hasta que los escuché”.

¿Casualidad o estrategia emocional?
La letra del tema original —que habla de extrañar locuras, besos perfumados y un dolor que solo calma un milagro— resuena con fuerza en el contexto actual:
“Yo quiero el beso perfumadito de tu boquita pintada, que me llene de alegría, que se calme este dolor”.
Muchos seguidores interpretan el estreno como un mensaje cifrado. “¿Shakirazo argentino?”, preguntan en redes, recordando cómo Shakira convirtió su desamor en un fenómeno global con Bizarrap. Aunque Nicki borró todo rastro de Lamine de sus perfiles, no ha confirmado ni desmentido la teoría.

Lamine rompe el silencio
El jugador del FC Barcelona, de 18 años, habló por primera vez en D Corazón:
“Simplemente nos hemos separado y ya. Todo lo que está saliendo no tiene nada que ver con nuestra relación. No le he sido infiel ni he estado con otra persona”.
La ruptura se precipitó tras un viaje del futbolista a Milán y rumores de una fiesta con amigos, pero Yamal insiste en cerrar el capítulo sin drama.

Nicki, enfocada en lo suyo
Lejos de polémicas, la rosarina celebra un hito profesional: colaborar con Tan Biónica era un sueño de adolescencia. El tema forma parte del nuevo álbum del grupo y ya suena en plataformas. Mientras Lamine celebra goles en el campo, Nicki transforma el dolor en arte —y, de paso, en un posible hit generacional









