El presidente Daniel Noboa y su movimiento Acción Democrática Nacional (ADN) han asegurado una mayoría absoluta de hasta 80 votos en la Asamblea Nacional para el periodo 2025-2029, superando el umbral de 77 votos necesario para aprobar leyes orgánicas y ordinarias. Este respaldo, consolidado tras las elecciones del 9 de febrero de 2025, donde ADN obtuvo 69 curules, se fortaleció con alianzas clave del Partido Social Cristiano (PSC) y seis legisladores de Pachakutik, permitiendo la elección de Niels Olsen como presidente de la Asamblea y Mishel Mancheno como primera vicepresidenta el 14 de mayo.
Con esta mayoría, Noboa puede avanzar en su agenda legislativa, incluyendo proyectos económicos urgentes, como la Ley para Desarticular la Economía Criminal, enviada el 17 de mayo, que busca combatir el crimen organizado mediante medidas financieras y penales. También podrá ratificar tratados internacionales, aprobar presupuestos generales del Estado, y ejercer funciones fiscalizadoras sin necesidad de amplias negociaciones. La bancada oficialista controla 12 de las 15 comisiones legislativas permanentes, lo que facilita el trámite de iniciativas clave en seguridad, energía y desarrollo económico.
Sin embargo, el oficialismo enfrenta limitaciones para reformas más ambiciosas. Las enmiendas constitucionales requieren una mayoría calificada de 101 votos, un desafío significativo dado que la oposición, liderada por Revolución Ciudadana (RC) con 64 asambleístas, carece de aliados estratégicos para bloquear al oficialismo, pero puede complicar acuerdos. Noboa podría optar por reformas parciales a la Constitución, como la propuesta de 2024 para permitir bases militares extranjeras, que necesitaría referendo ciudadano, o impulsar consultas populares, una estrategia que usó exitosamente en 2024 para endurecer penas y facilitar extradiciones.
Analistas como Édgar Mejía destacan que esta mayoría absoluta otorga a Noboa una “posición de fuerza” para ejecutar su plan de gobierno, pero advierten que la sostenibilidad de las alianzas con PSC y Pachakutik dependerá de negociaciones políticas constantes, especialmente tras la fractura interna en Pachakutik, donde tres legisladores se abstuvieron en votaciones clave. La ausencia de una segunda vicepresidencia, tras dos intentos fallidos el 14 de mayo, refleja tensiones en estas alianzas.
El correísmo, desplazado por primera vez en una década del control legislativo, queda relegado a una oposición debilitada, incapaz de condicionar votaciones como en periodos anteriores. Anabella Azín, madre de Noboa y asambleísta nacional, marcó el tono de la sesión inaugural llamando a una oposición “respetuosa”, mientras Noboa celebró en X que la Asamblea “dejará de ser un freno” para convertirse en un “motor” de gobernabilidad.
El desafío para Noboa será mantener la cohesión de su bloque y captar 21 votos adicionales para reformas estructurales, en un contexto de alta expectativa ciudadana por resultados en seguridad y economía. La aprobación de leyes urgentes, como la reforma energética de octubre de 2024 con 120 votos, demuestra que el oficialismo puede lograr consensos amplios, pero la polarización política y la presión por resultados inmediatos podrían complicar su gestión legislativa.
