Tras permanecer más de un mes en Latacunga, donde instaló la sede temporal del Gobierno durante el paro nacional, el presidente Daniel Noboa regresó a Quito, en medio de manifestaciones y fuertes críticas por su manejo de la crisis.
A su salida, algunos manifestantes lo despidieron con gritos de “Fuera Noboa, asesino”, acusándolo de represión y engaño durante las jornadas de protesta. En contraste, simpatizantes del Gobierno destacaron que su decisión de operar desde Latacunga “simbolizó cercanía con las provincias” y “firmeza ante la violencia”.
El retorno del mandatario a la capital ocurre mientras diversos sectores sociales exigen amnistías y reparación para los heridos y detenidos en el contexto del paro. El Gobierno, por su parte, ha defendido el uso de la fuerza pública como una respuesta “proporcional y necesaria” para mantener el orden interno.








