El círculo cercano del Príncipe Harry y Meghan Markle, los Duques de Sussex, se ve nuevamente envuelto en una polémica, esta vez por una grave acusación contra uno de sus amigos más cercanos y, además, padrino de su hija Lilibet Diana, Tyler Perry acusado por acoso. Según reportes recientes, el individuo en cuestión ha sido señalado por agresión sexual, lo que representa un nuevo desafío para la ya compleja imagen pública de la pareja.
La noticia ha caído como un balde de agua fría en el entorno de los Sussex, quienes han buscado mantener un perfil más privado desde su traslado a Estados Unidos, pero que recurrentemente se ven salpicados por controversias relacionadas con su familia, sus decisiones o, como en este caso, con sus amistades. La identidad del acusado, dado su vínculo tan estrecho con la familia real, ha intensificado el interés mediático y el debate público.
Hasta el momento, ni el Príncipe Harry ni Meghan Markle han emitido declaraciones oficiales sobre la acusación. Se espera que esta situación ponga a prueba la discreción y el apoyo que los Duques puedan ofrecer a su amigo, al tiempo que navegan las implicaciones de una acusación tan seria que, inevitablemente, roza su propia reputación. La situación añade una capa más de complejidad a la relación de los Sussex con los medios y el público, en un momento en que buscan consolidar su vida lejos de las obligaciones reales.