El estado de Nueva York considera revocar los permisos de operación de todos los concesionarios de Tesla, excepto uno, según reportes del 27 de abril de 2025. La propuesta, impulsada por legisladores locales, busca fomentar la competencia en el mercado de vehículos eléctricos, permitiendo a fabricantes como Rivian, Lucid, Ford y General Motors ganar terreno. Esta decisión responde a preocupaciones sobre el dominio de Tesla en el sector y al controvertido papel de Elon Musk en la administración Trump, donde lidera el Departamento de Eficiencia Gubernamental.
La medida ha generado debate, ya que Tesla enfrenta una crisis de marca agravada por la polarización política y actos de vandalismo contra sus instalaciones en Estados Unidos. Las acciones de la compañía han caído más de un 25% en 2025, y las ventas disminuyeron un 13% en el primer trimestre, según datos de la empresa. Críticos, como la Federación Estadounidense de Maestros, argumentan que Musk dedica más tiempo a actividades políticas que a gestionar Tesla, afectando su desempeño y valor bursátil, con pérdidas estimadas en $300 millones para fondos de pensiones de Nueva York.
De concretarse, el cierre de concesionarios limitaría significativamente la presencia de Tesla en Nueva York, un mercado clave. Sin embargo, la propuesta aún está en discusión y enfrenta oposición, ya que algunos ven en Tesla un impulsor de la transición energética. La empresa no ha emitido un comunicado oficial, pero Musk ha calificado los ataques contra su compañía como “violencia organizada” por grupos de izquierda. El único concesionario que permanecería operativo no ha sido especificado, y el proceso podría extenderse debido a complejidades legales y económicas.
