El gobierno de Nueva Zelanda, liderado por el primer ministro Christopher Luxon, propuso el 5 de mayo de 2025 una ley para prohibir el acceso a redes sociales a menores de 16 años, siguiendo el modelo de Australia. La medida, impulsada por el Partido Nacional, exige que plataformas como Facebook, Instagram y X verifiquen la edad de los usuarios, con multas de hasta 2 millones de dólares neozelandeses (1,2 millones de dólares estadounidenses) por incumplimiento. Luxon enfatizó que el objetivo es proteger a los niños de contenidos violentos, acoso cibernético y riesgos para la salud mental.
La iniciativa responde a preocupaciones globales sobre el impacto de las redes sociales en los jóvenes. Un estudio de la Journal of the American Medical Association vincula el uso intensivo de estas plataformas antes de los 16 años con mayor riesgo de ansiedad y depresión, mientras que datos del Ministry of Health de Nueva Zelanda muestran un aumento del 40% en angustia psicológica severa entre jóvenes de 15 a 19 años entre 2012 y 2022. La propuesta, que requiere el apoyo de los partidos de la coalición gobernante, busca implementar sistemas de verificación de edad, aunque aún no se detalla cómo se aplicará.
La medida ha generado debate: las empresas tecnológicas, como en el caso australiano, critican su viabilidad y la califican de “vaga”, mientras que grupos defensores de derechos humanos advierten que podría limitar el acceso de adolescentes vulnerables, como los LGTBIQ+, a comunidades de apoyo en línea. Luxon defiende que la ley refleja un consenso nacional para priorizar la seguridad infantil, pero su aprobación dependerá de negociaciones parlamentarias. El proyecto se alinea con tendencias internacionales, como las leyes de Australia y propuestas en España para elevar la edad mínima de acceso a 16 años.