La ciencia ha validado que las frutas son un componente esencial en una dieta saludable para controlar el azúcar en sangre. Contrario a la creencia popular, el azúcar natural de las frutas no es perjudicial, ya que la fibra que contienen ralentiza la absorción de glucosa. Un estudio publicado por la plataforma de salud Verywell Health ha destacado ocho frutas que son particularmente beneficiosas para este fin.
Entre las frutas recomendadas se encuentran las moras, el kiwi, el durazno, la piña, la sandía, las cerezas, el pomelo y la papaya. Cada una de ellas aporta compuestos clave como antioxidantes, vitaminas C, A y E, potasio, folato y fibra. Los expertos recomiendan consumir estas frutas frescas y enteras, en lugar de en versiones secas o enlatadas, para maximizar sus beneficios y evitar azúcares añadidos.
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