A pesar de los diálogos entre dirigentes indígenas y el Gobierno, el acceso a Imbabura por la Panamericana E-35 sigue bloqueado, obligando a los ciudadanos a circular en bicicletas, motos o a pie. Los transeúntes en el redondel de Cajas reflejan opiniones divididas sobre la continuación del paro nacional en rechazo a la eliminación del subsidio al diésel, que se extiende por 25 días.
En testimonios recopilados por El Universo, ciudadanos como Olga Cholango, que empujaba un quintal de papas, expresaron su frustración por la falta de resultados del diálogo y las afectaciones económicas. Sin embargo, también criticó lo que considera un “racismo hacia el pueblo indígena” y la falta de un acuerdo. Por otro lado, Cristina Otavalo y su familia, quienes se movilizaron en bicicleta por motivos laborales, lamentaron que los dirigentes no logren un consenso para levantar las manifestaciones, sintiéndose “secuestrados” por la falta de alimentos en Otavalo.
En contraste, otros ciudadanos como Josefina Jurillo, quien caminó tres horas para llevar alimentos a su familia, sostienen que mientras no haya un acuerdo real y se mantenga el uso de la fuerza pública, las comunidades indígenas seguirán “resistiendo” y apoyándose entre ellas. Las bases se mantienen firmes en los cierres, señalando que el paro no terminará sin un acuerdo firmado con el Ejecutivo.