Lo que parecía una misión invisible terminó en un despliegue de fuerza naval. El Krasnodar, un submarino ruso apodado “agujero negro” por su capacidad para evadir radares, fue interceptado mientras cruzaba puntos neurálgicos del comercio marítimo internacional: el Mar del Norte, el Estrecho de Dover y el Canal de la Mancha.
Detalles de la operación de seguimiento
La Royal Navy británica, en coordinación con la OTAN, ejecutó una marcación “cuerpo a cuerpo” durante 72 horas para monitorear el desplazamiento de la nave rusa y su remolcador de apoyo, el Altay.
- Vigilancia aérea: Un helicóptero Merlin del 814to Escuadrón Aero-Naval sobrevoló constantemente la zona, listo para iniciar maniobras antisubmarinas si el Krasnodar decidía sumergirse.
- Seguimiento marítimo: El buque logístico RFA Tidesurge lideró la escolta, sirviendo como plataforma para el helicóptero y como presencia disuasoria en el mar.
- Comandancia: El capitán James Allen destacó que este tipo de encuentros “concentran la mente de cualquier marinero”, subrayando la importancia estratégica de la misión.
Un patrón de actividad naval creciente
Este incidente no es un hecho aislado, sino parte de una serie de movimientos tácticos de Moscú detectados recientemente:
- En España: Hace unos meses, la Armada española interceptó al submarino Novorossiysk en aguas nacionales.
- En el Mar Rojo: Una fragata rusa apareció en la zona mientras Israel y EE. UU. realizaban maniobras conjuntas.
- En el Canal de Suez: Una flotilla compuesta por la fragata RFS Marshal Shaposhnikov y el petrolero Boris Butoma atravesó este punto crítico.
📊 Ficha Técnica: El “Agujero Negro” (Krasnodar)
| Atributo | Detalle |
| Clase | Kilo II (Proyecto 636.3) |
| Apodo | “Agujero Negro” (por su sigilo acústico) |
| Misión detectada | Tránsito por el Canal de la Mancha hacia el Atlántico |
| Escolta Rusa | Buque remolcador Altay |
| Estado en Ucrania | Recientemente, Ucrania afirmó haber hundido una unidad similar con un dron subacuático en el Mar Negro. |
La detección del Krasnodar en el Canal de la Mancha se interpreta como una demostración de fuerza y disuasión en un momento de máxima fricción geopolítica, obligando a las fuerzas navales europeas a mantener un estado de vigilancia permanente sobre las rutas de comunicación marítima.








