La ciudad de Otavalo, en la provincia de Imbabura, cumple 18 días de paralización y se mantiene prácticamente aislada del resto del país. Las calles lucen vacías, los comercios permanecen cerrados y los mercados han suspendido actividades, reflejando una crisis que se agrava con el paso de los días.
La escasez de alimentos y productos básicos se intensifica, mientras que el transporte público continúa suspendido. Los ciudadanos denuncian la presencia de manifestantes que intimidan a comerciantes para mantener el cierre de locales y controlar la distribución de gas doméstico y víveres.
La situación ha generado preocupación humanitaria, especialmente en sectores rurales donde el acceso a alimentos y medicinas es limitado. Vecinos aseguran que muchos negocios han perdido toda su mercadería.
Hasta el momento, ni las autoridades locales ni el Gobierno Nacional se han pronunciado oficialmente sobre las acciones que se tomarán para restablecer el orden y garantizar el abastecimiento en el cantón.