El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, se pronunció sobre las tensiones internas en la Revolución Ciudadana (RC), reafirmando su apoyo a la prefecta del Guayas, Marcela Aguiñaga, y marcando una clara distancia con el expresidente Rafael Correa. Este posicionamiento se da en medio de las recientes declaraciones de Correa en las que ha criticado públicamente las decisiones tomadas por la dirección del movimiento en Ecuador. Muñoz, una de las figuras políticas más prominentes del Correísmo en funciones, ha optado por respaldar a la facción local que lidera Aguiñaga, buscando la unidad de la organización política y evitar una ruptura que podría debilitar al movimiento de cara a futuros comicios. Las declaraciones de Muñoz sugieren un intento de reorientar el rumbo de la RC en el país, privilegiando la gestión territorial y la consolidación de liderazgos propios frente a la influencia del exmandatario. La crisis en el partido se ha profundizado tras el último proceso electoral y las disputas por la estrategia a seguir, poniendo en evidencia las fracturas entre el liderazgo histórico en el exterior y las figuras electas en el ámbito nacional. La decisión de Muñoz de alinearse con Aguiñaga y tomar distancia de las críticas de Correa es vista como un movimiento estratégico para proteger los espacios de poder conquistados. La política interna de la RC continúa en ebullición, con Muñoz abogando por un enfoque que equilibre la lealtad histórica con la necesidad de autonomía en la operación política diaria.
