Una nueva controversia política sacude la capital ecuatoriana tras las declaraciones del alcalde de Quito, Pabel Muñoz, quien en una entrevista calificó la gestión de su predecesor, Jorge Yunda, como “terrible”. Muñoz, del movimiento Revolución Ciudadana, aseguró que su administración ha trabajado para “rescatar” a Quito de las deficiencias dejadas por Yunda, quien gobernó entre 2019 y 2021 antes de ser destituido por el Concejo Metropolitano por incumplimiento de funciones. En respuesta, Yunda salió en defensa de su legado y, a través de redes sociales, le deseó “suerte” a Muñoz frente al proceso de revocatoria de mandato que enfrenta desde marzo de 2025.
El intercambio de críticas comenzó cuando Muñoz, destacó los avances de su gestión, como la intervención en más de 500 parques, la compra de 60 nuevos trolebuses y el inicio de estudios para ampliar el Metro de Quito. “Recibimos una ciudad en crisis tras una gestión terrible como la de Yunda”, afirmó, atribuyendo a su administración la recuperación de la estabilidad institucional. Estas declaraciones provocaron una rápida reacción de Yunda, conocido por su estilo mediático. En un mensaje difundido en X, el exalcalde defendió su período, destacando proyectos como la modernización del transporte público, y cuestionó las acusaciones de Muñoz. “Que le vaya bien en su revocatoria, ojalá no lo boten como a mí”, escribió con tono irónico, haciendo referencia al proceso impulsado por el colectivo Defiende tu Voto.
El proceso de revocatoria contra Muñoz, liderado por Néstor Marroquín, se basa en una supuesta infracción electoral cometida en 2023, cuando el alcalde apareció en un video apoyando a la candidata presidencial Luisa González. Aunque Muñoz pagó una multa de USD 9,200 y ofreció disculpas públicas, el Tribunal Contencioso Electoral autorizó la recolección de 201,392 firmas para convocar una consulta popular. Muñoz ha calificado el proceso como “persecución política” y una “barbaridad jurídica”, argumentando que no existen pruebas de incumplimiento de funciones. Mientras tanto, Yunda, destituido en 2021 tras denuncias de corrupción y problemas administrativos, aprovechó la coyuntura para reivindicar su gestión y desearle a Muñoz “éxito” en un tono que muchos interpretaron como sarcástico.
La pugna entre ambos refleja la polarización política en Quito, que ha enfrentado inestabilidad institucional en los últimos años. Analistas como Daniela Chacón, exconcejal, advierten que procesos como la revocatoria generan parálisis en la gestión municipal, recordando que la salida de Yunda en 2021 redujo la ejecución presupuestaria y detuvo obras clave. La ciudadanía, por su parte, se muestra dividida: mientras simpatizantes de Muñoz, respaldados por figuras como Rafael Correa, defienden sus logros, otros critican su gestión y apoyan la revocatoria. En este contexto, el Concejo Metropolitano se prepara para elegir una nueva vicealcaldesa en mayo, un cargo que podría ser clave si la revocatoria prospera.