Los pacientes que padecen enfermedades catastróficas en Ecuador han elevado un llamado de auxilio al gobierno de Daniel Noboa, exigiendo acciones inmediatas para garantizar el acceso a sus tratamientos en medio de una profunda crisis sanitaria y la escasez crítica de insumos. Durante la última semana, colectivos y familiares de los enfermos han intensificado sus mensajes de ayuda ante la falta de medicamentos esenciales. Un ejemplo de la desesperación es el caso de un niño de nueve años con hemofilia A severa que, según el colectivo Gotas de Vida, no ha recibido su tratamiento desde octubre de 2025 por supuestas “fallas administrativas”, lo que implica un riesgo vital y de discapacidad irreversible. La situación se ha vuelto insostenible, llevando a pacientes renales y sus familiares en Babahoyo a bloquear vías para exigir la provisión de los kits de hemodiálisis, que los proveedores de las unidades de salud informan que no tienen disponibles.
La vicepresidenta de la república, María José Pinto, quien se encuentra a cargo de la administración del Ministerio de Salud, mantuvo una reunión con viceministros y subsecretarios para evaluar los avances en la compra de medicamentos y dispositivos médicos, como parte de la declaratoria de emergencia en el sector. Sin embargo, la tensión se mantiene alta. Santiago Carrasco, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana, calificó la situación de la salud como “agónica” y una “bomba de tiempo” para el régimen, debido a la magnitud de los problemas que han tocado fondo y que, según su análisis, están próximos a explotar. La comunidad de pacientes exige que la respuesta del gobierno se traduzca en acciones concretas que garanticen la disponibilidad inmediata de los insumos vitales para la supervivencia de los enfermos.








