El papa León XIV firmó el 22 de mayo de 2025 sus primeros decretos para la beatificación de Alejandro Labaka Ugarte, español, y Inés Arango Velásquez, colombiana, asesinados el 21 de junio de 1987 en la selva amazónica de Ecuador. Ambos misioneros, reconocidos como “venerables” por su “oferta de vida”, murieron a manos de indígenas Tagaeri en el Parque Nacional Yasuní, mientras intentaban protegerlos del avance de empresas petroleras. Labaka, obispo del Vicariato Apostólico de Aguarico, y Arango, monja de las Terciarias Capuchinas, dedicaron sus vidas a la defensa de comunidades indígenas en la región de Tigüino.
El pontífice, exmisionero en Perú, destacó su compromiso con una “Iglesia misionera” al aprobar este primer paso hacia la canonización. La decisión, tomada tras una audiencia con el prefecto del Dicasterio de la Causa de los Santos, Marcello Semeraro, también incluyó el reconocimiento de las “virtudes heroicas” del obispo indio Matteo Makil. Para avanzar a la beatificación, se requiere un milagro atribuido a su intercesión, un proceso que resalta el legado de Labaka y Arango en la defensa de los pueblos no contactados y la evangelización en zonas de alta tensión.