Petróleos de Venezuela (PDVSA) denunció este lunes un “ataque cibernético dirigido a detener su operatividad”, una acción que atribuyó a una coordinación de “intereses extranjeros” y “factores apátridas”. Este incidente se produce en un contexto de agudización de la crisis con Estados Unidos tras la incautación de un buque con crudo venezolano.
Alcance del Ataque y Continuidad Operativa
Según el comunicado de PDVSA, la pericia del personal de la empresa permitió mitigar el impacto:
“Gracias a la pericia del talento humano de PDVSA, las áreas operativas no sufrieron afectación alguna siendo reducido a un ataque a su sistema administrativo.”
La estatal precisó que se mantiene la continuidad operativa de la industria mediante la implantación de protocolos seguros, lo que garantiza el suministro tanto para la demanda interna como para sus compromisos de exportación.
Días antes, la vicepresidenta y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, había solicitado a los trabajadores petroleros “extremar la vigilancia” en la seguridad física y la protección cibernética, ante posibles intentos de sabotaje.
La Crisis con Estados Unidos
El ataque cibernético coincide con un punto de máxima tensión tras la incautación de un buque petrolero por parte de Estados Unidos frente a las costas de Venezuela. El presidente Donald Trump anunció la toma de posesión del navío, lo que Caracas consideró un “acto de piratería internacional”.
- Motivo de la Incautación: Washington afirmó que el buque transportaba petróleo venezolano y había sido sancionado por el Tesoro estadounidense en 2022 por supuestos vínculos con los Guardianes de la Revolución iraní y Hezbolá.
- Presión de EE. UU.: El gobierno de Trump ha mantenido una presión constante sobre Venezuela, incluyendo un despliegue naval en el Caribe. Caracas considera que esta operación tiene como objetivo derrocar al presidente Nicolás Maduro, cuya reelección no es reconocida por Washington.
Venezuela, cuya principal fuente de ingresos es el crudo, ha estado sometida a un embargo estadounidense desde 2019, obligando al país a colocar su producción en el mercado negro, a precios más bajos, principalmente en países asiáticos.
