El Ministerio de Salud Pública de Ecuador, en colaboración con personal médico y brigadas comunitarias, identificó criaderos del mosquito Aedes Aegypti, transmisor de la fiebre amarilla, en varios sectores de la provincia de Morona Santiago, según un informe publicado el 28 de abril de 2025. La operación, que incluyó inspecciones casa por casa en cantones como Palora, Huamboya y Pablo Sexto, se centró en eliminar depósitos de agua estancada, principales focos de reproducción del mosquito. Esta acción responde a la detección de un caso sospechoso de fiebre amarilla en la región, lo que activó un plan de contingencia para evitar un brote en una zona vulnerable por su clima cálido y alta humedad.
Durante los operativos, las brigadas destruyeron recipientes con larvas, aplicaron larvicidas en tanques y cisternas, y fumigaron áreas de riesgo, mientras se educaba a la población sobre medidas preventivas, como el uso de mosquiteros y la eliminación de objetos que acumulen agua. El Aedes aegypti, también responsable de enfermedades como el dengue y el zika, representa un desafío en Morona Santiago, donde las lluvias frecuentes y la falta de infraestructura de saneamiento facilitan su proliferación. Las autoridades confirmaron que se han intensificado las jornadas de vacunación contra la fiebre amarilla, priorizando a niños y adultos en comunidades indígenas y rurales, aunque la cobertura aún no alcanza el 95% recomendado por la OMS.
La detección de criaderos es un paso crucial, pero pone en evidencia los retos estructurales para controlar enfermedades transmitidas por vectores en Ecuador. La fiebre amarilla, que puede ser mortal en un 20-50% de los casos graves si no se trata, requiere una vigilancia constante, especialmente en regiones amazónicas con acceso limitado a servicios de salud. El Ministerio de Salud ha destinado recursos para continuar las fumigaciones y reforzar la capacitación de promotores comunitarios, pero la sostenibilidad de estas medidas depende de la cooperación ciudadana y de mejoras en el alcantarillado y la recolección de basura. La experiencia del dengue, con más de 15.000 casos reportados en 2024, subraya la urgencia de abordar estos problemas de manera integral.
Este operativo también resalta la importancia de la prevención en un contexto de cambio climático, que favorece la expansión de mosquitos a nuevas áreas. La colaboración con las comunidades locales, como las shuar en Morona Santiago, ha sido clave para identificar criaderos en zonas remotas, pero la falta de conectividad y recursos en estas regiones complica la respuesta. Las autoridades han instado a la población a reportar síntomas como fiebre, dolor muscular o ictericia, y a acudir a centros de salud para vacunarse. La lucha contra el Aedes aegypti no solo protege contra la fiebre amarilla, sino que fortalece la capacidad del país para enfrentar otras enfermedades emergentes, un desafío crítico en la Amazonía ecuatoriana.