El presidente Gustavo Petro y la ministra encargada de Relaciones Exteriores, Yolanda Villavicencio, acusaron el 28 de julio al secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, de vulnerar la soberanía colombiana por cuestionar el fallo que condenó al expresidente Álvaro Uribe por soborno y fraude procesal.
Petro, en X, defendió la independencia judicial y pidió respeto por los jueces colombianos, mientras Villavicencio, desde Nueva York, rechazó las declaraciones de Rubio como una intromisión en asuntos internos. Uribe, de 73 años, es el primer expresidente colombiano condenado penalmente.
Rubio calificó el fallo de la jueza Sandra Heredia como una “instrumentalización” por jueces radicales, afirmando que Uribe solo luchó por su patria. El juicio, conocido como el “juicio del siglo”, generó reacciones dentro y fuera de Colombia.
El gobierno colombiano enfatizó la autonomía de su justicia frente a las críticas externas, en un contexto de alta polarización política.
