Autoridades portuguesas y alemanas iniciaron nuevas investigaciones en el caso de Madeleine McCann, desaparecida el 3 de mayo de 2007 a los tres años en Praia da Luz, Algarve, Portugal. La operación, que se extenderá hasta el viernes, se concentra en un área cercana al lugar donde la niña fue vista por última vez, utilizando un radar de penetración terrestre capaz de escanear hasta 4,5 metros de profundidad.
La búsqueda, liderada por la Policía Judicial de Portugal con apoyo de 25 investigadores alemanes, se enfoca en un chalet vinculado a Christian Brückner, principal sospechoso. Brückner, un alemán de 47 años con antecedentes por delitos sexuales, vivía en el Algarve entre 1995 y 2007 y estuvo cerca del complejo turístico Ocean Club la noche de la desaparición, según registros de su teléfono móvil. En 2020, la fiscalía alemana lo señaló como probable responsable, asumiendo que Madeleine fue asesinada, aunque no ha sido acusado formalmente por este caso.
Madeleine desapareció de un apartamento vacacional mientras sus padres, Kate y Gerry McCann, cenaban en un restaurante cercano. El caso desató una movilización mediática global y múltiples teorías, incluyendo sospechas iniciales sobre los padres, quienes fueron exculpados en 2008. En 2016, un disco duro incautado en una fábrica abandonada propiedad de Brückner reveló 8.000 archivos de abuso infantil, intensificando las sospechas. Además, un excompañero de celda, Laurentiu Codin, afirmó que Brückner confesó haber secuestrado a una menor en Portugal, aunque no mencionó explícitamente a Madeleine.
Las pesquisas, solicitadas por la justicia alemana, revisarán pozos, tanques de agua y áreas cercanas al chalet de Brückner. En mayo de 2023, una búsqueda en el embalse de Arade, a 50 km de Praia da Luz, no arrojó resultados concluyentes. La operación actual busca pruebas físicas para evitar la posible liberación de Brückner, quien cumple una condena por violar a una mujer de 72 años en 2005 en la misma zona, pero fue absuelto en 2024 de otros cargos sexuales.
Kate y Gerry McCann mantienen la esperanza de encontrar justicia, mientras el caso, uno de los más mediáticos de las últimas décadas, sigue sin resolverse tras 18 años y más de 20.000 páginas de investigación.
