La primera dama de Ecuador llegó este domingo a la provincia de Esmeraldas, liderando una comitiva gubernamental que lleva consigo toneladas de ayuda humanitaria destinada a las familias damnificadas por el sismo de magnitud 6.2 que estremeció la región la semana pasada. El terremoto, cuyo epicentro se localizó a 15 kilómetros de la costa esmeraldeña, dejó un saldo preliminar de más de 300 viviendas dañadas, varias escuelas afectadas y miles de personas en situación de vulnerabilidad. La primera dama, acompañada por representantes del Ministerio de Inclusión Económica y Social, supervisó personalmente la distribución de kits de alimentos, agua potable, mantas, medicinas y carpas para quienes perdieron sus hogares.
En un emotivo encuentro con los residentes de las comunidades más afectadas, la primera dama expresó su solidaridad y aseguró que el gobierno está comprometido con brindar asistencia inmediata. “Estamos aquí no solo para entregar ayuda, sino para escuchar a la gente y trabajar juntos en la recuperación de Esmeraldas”, afirmó. Los esfuerzos iniciales se han centrado en garantizar la seguridad alimentaria y el acceso a atención médica, con equipos de voluntarios y personal de la Cruz Roja ecuatoriana colaborando en la logística.
Más allá de la respuesta inmediata, las autoridades han iniciado un proceso de evaluación de los daños estructurales en viviendas, escuelas y centros de salud, con el objetivo de diseñar un plan integral de reconstrucción. Equipos técnicos del Ministerio de Vivienda y del Servicio Nacional de Gestión de Riesgos están recorriendo las zonas afectadas para determinar las necesidades prioritarias y estimar los costos de reparación. Según los primeros reportes, las áreas urbanas de Esmeraldas y los cantones cercanos, como Atacames y Rioverde, presentan los mayores niveles de destrucción, con varias edificaciones colapsadas o declaradas inhabitables.
La primera dama también destacó la importancia de fortalecer la preparación ante futuros desastres naturales, una prioridad en una región propensa a eventos sísmicos debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico. En este sentido, anunció que se implementarán programas de capacitación comunitaria y simulacros de evacuación, junto con la modernización de los sistemas de alerta temprana. “Esmeraldas es una tierra resiliente, y con el apoyo de todos, saldremos adelante”, subrayó.
Organizaciones no gubernamentales y empresas privadas se han sumado a la iniciativa, donando materiales de construcción y recursos financieros para apoyar la recuperación. Además, se ha habilitado una línea de atención para que los ciudadanos reporten daños o soliciten asistencia, mientras que las autoridades locales han establecido albergues temporales para acoger a las familias desplazadas. La presencia de la primera dama en Esmeraldas ha sido recibida con esperanza por la población, que enfrenta el desafío de reconstruir sus vidas tras esta tragedia.